NONGA
Érase
una vez un planeta llamado Nonga, ubicado en uno de los anillos del planeta de
Saturno. En éste habitaba una especie desconocida. Estos seres eran llamados
rolacos, parecidos a los humanos ya que tenían características en común, una de
ellas sus cinco sentidos. Físicamente tenían la piel totalmente anaranjada con algunas
manchas cafés y aunque vivían en el mismo planeta, se dividían por secciones,
ya que así poseían una mayor organización.
Su
forma de pensar y de actuar era totalmente diferente pues en su planeta
existían cosas maravillosas. La sociedad de los rolacos no conocía los
problemas, todos convivían, se respetaban y valoraban puesto que sabían que
tenían que cuidar su especie, al igual que su planeta para no correr el riesgo
de que éste desapareciera o se extinguiera.
Nonga
era muy grande, con mares, selvas, bosques y hermosos paisajes. Poseían una hermosa
diversidad de flora y fauna. Su sociedad estaba totalmente desarrollada y su
tecnología era muy avanzada. Los rolacos trabajaban para el bien de su mundo
día con día pero su mayor duda era si existía vida en otros planetas; ya que
por medio de sus modernas tecnologías habían encontrado algunas pistas de vida
más allá de sus órbitas. De vez en cuando veían pasar naves muy grandes, pero
era tan rápido que no les daba tiempo examinarlas.
Un
día, los rolacos terminaron de construir su nave más esperada, la cual les
ayudaría a averiguar la existencia de vida es otros planetas. Los tres
representantes más importantes del planeta Nonga fueron los que tomaron la
iniciativa de emprender el viaje hacia nuevos mundos. A toda la sociedad se le
dio a conocer el viaje planeado, los rolacos se encontraban muy entusiasmados.
Los tres representantes comenzaron el viaje, sabían que iba a ser algo largo y
cansado pero su curiosidad rebasaba los límites.
Conforme
iban trascurriendo los días, los rolacos examinaban con detalle cada planeta
que los rodeaba, en algunos encontraron mucha agua, en otros muchas montañas,
pero en ninguno de ellos encontraban a nuevos seres. De repente a lo lejos
observaron un pequeño punto azul, era fácil de distinguirse por el color. Poco
a poco se fueron acercando a ésta y su mayor sorpresa fue encontrarse con un
nuevo mundo lleno de vida, llamado tierra. Los rolacos mandaron noticias a sus
ciudadanos en Nonga, al enterarse, toda la sociedad festejó.
Ellos
querían tener comunicación con los nuevos seres pero lo que no sabían era que
los humanos eran muy cerrados e ignoraban la existencia de vida en otros planetas
que no fuera el de ellos.
Los
rolacos decidieron observar al nuevo planeta, para ellos la tierra era muy
bonita y atractiva ya que tenía una gran diversidad, pero conforme pasaron los
días se percataron que no todo era como ellos lo imaginaban ya que existían
enormes problemas, grandes desigualdades, una enorme contaminación ambiental,
guerras y distintas enfermedades entre los pobladores de ésta.
Ellos
se conmovieron al ver las condiciones en las que se encontraba la población y
decidieron tener contacto con los humanos para ayudarlos, al realizar esto se
presentaron problemas, todo resultó un fracaso.
La
reacción de los seres humanos al conocerlos fue negativa, ya que se presentó
miedo entre las sociedades y un gran alboroto. Los grandes gobernadores de las
ciudades presentaron advertencias a los rolacos para que se alejaran de la
tierra y más tarde dieron la señal para atacarlos.
Al
enterarse de esto los rolacos mandaron el aviso a Nonga, un gran ejército se
dirigió a la tierra, con armas para su defensa.
Los
seres humanos y rolacos se enfrentaron en una gran batalla, para defender sus
mundos. Finalmente los ciudadanos de Nonga resultaron ganadores. Ellos
regresaron triunfantes a su planeta muy contentos pero a la vez muy
decepcionados ya que a pesar de haberse encontrado con nuevos seres, éstos los
rechazaron. Mientras tanto, los pobladores de la tierra se quedaron derrotados,
sin cambio alguno, ya que se cerraron a los cambios y conocimientos nuevos, no
quisieron solucionar sus problemas y por su soberbia siguieron condenando su planeta a la
destrucción.
Nonga
siguió como siempre, siendo un planeta de completa enseñanza para los demás,
nunca dejó de ser aquella sociedad unida y sin problemas que había demostrado
tener valores: sobre todo la solidaridad, el respeto y la convivencia los
cuales eran importantes para sobrevivir y trascender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario