lunes, 20 de abril de 2015

“¿EL CHICO DE MIS SUEÑOS?”



 “¿EL CHICO DE MIS SUEÑOS?”

Nunca me imaginé que consecuencias tendría el tener un chico ficticio en mi vida. Qué tontería.
Era una tarde común y corriente en la gran ciudad de Londres, lluviosa, como todas las tardes. Era uno de todos esos días que me gustaban para leer mi libro favorito.
Lo leía solamente por el personaje principal: George.
Era sumamente: M A R A V I L L O S O
Sólo me lo podía imaginar en sueños, no era como el resto; no, él era distinto, tenía todo lo que yo exigía en un chico.
Por las noches nos imaginaba juntos, paseando por la bahía de Collinwood, comiendo toneladas y toneladas de comida, leer admirando la lluvia caer sobre la ventana; lo sé, es sólo un sueño. Me había quedado dormida soñando todo aquello, soñando con que un día pudiera estar con él.
Lo que estaba  a punto de suceder era algo totalmente fuera de sí, algo totalmente inimaginable… ¡ÉL ESTABA AHÍ!, SENTADO EN LA ORILLA DE MI CAMA ADMIRANDO EL VIENTO CORRER.
Era asombroso y traumático, pensé “esto debe ser un sueño”, “no puede ser real”, pero, ¡ESTABA OCURRIENDO!
-       Amm, ¿hola?- dijo él
Apenas pudiendo mencionar palabra alguna, temblando (cosa en la cual no había notado hasta entonces), Temiendo decir alguna estupidez, derroché algunas palabras tartamudeando:
-       H-o-l-a… ¿a-c-a-s-o  e-r-e-s r-e-a-l?- sonó estúpido.
-       Claro, soy de carne y hueso, bueno, ahora. Por cierto, mi nombre es..
-       No necesitas decirlo, yo sé perfectamente cual es: Tu nombre es George Morrison, un bello nombre por cierto-  mencioné.
-¿En serio?, bueno ya tendremos tiempo para hablar sobre eso –dijo…
-Está bien, no quería arruinarlo con mis palabrerías y cursilerías - entonces, ¿qué quieres hacer?
- Llevame a conocer todo.
- Ok, solo espérame un minuto, necesito hacer algo antes – tenía que llamar a Matt, mi mejor amigo desde que puedo recordar.
- No te tardes, no me gusta esperar en vano – su mirada se puso en blanco.
- No tardaré mucho- me apresuré a tomar el teléfono y llamé a Matt.
- ¡Matt!, ¡NO ME CREERAS LO QUE PASO! ¡GEORGE, SALIO DEL LIBRO! ¡ESTA AQUÍ CONMIGO!
- Tranquilízate, déjame ver, ¿el personaje de tu libro favorito está en nuestro mundo? –apenas y podía contener la risa.
- ¡Sí!, ¡En serio!, ¡NO MIENTO!
- Ajá, y yo soy Harry Potter y vuelo en mi escoba mágica –dijo Matt en tono sarcástico.
- Muggle –le dije- ¡George es real!, es justo como lo imaginé, un sueño hecho realidad.
- Tendré que comprobarlo yo mismo, ahora mismo salgo para tu casa.
- No, no estaré, quiero decir que no estaremos, iremos a cualquier sitio, mejor te veo en el café de la Calle 13, ¿te parece?.
- Está bien allá nos vemos dijo desconcertado.
- Colgué y en ese momento regresé al lado de George.
-Pensé que tardarías toda una eternidad- dijo molesto.
- Disculpa, pero era necesario, ¿nos vamos?
- Sí, pero ¿a dónde iremos?, no quiero ir a un lugar común y corriente.
- Te encantará –hasta yo misma dudaba de eso-.
- Vamos entonces, no me hagas esperar –dijo-.
Llegamos a una Bahía llamada Collinwood, uno de los pocos lugares donde podíamos estar a solas, fuera del bullicio de la ciudad.
-       ¿Qué te parece? Pregunté a George.
-       Nada mal, aunque yo quería conocer la ciudad, no una simple Bahía sin chicas lindas, solamente tú.
En ese momento no comprendí lo que quiso decir con –solamente tú-, estaba tan emocionada de estar con él que no me importó nada más; más tarde recordando sus palabras me dí cuenta que fue cruel de su parte decir algo así. Pasamos un rato más en la Bahía mirando el inmenso cielo gris, yo tan excitada por lo que estaba sucediendo que no me percaté de que aborrecía ese lugar y dije:
-       Quede de reunirme con un amigo en un café que no está muy lejos de aquí.
-       ¡Vámonos! No soporto más este lugar.
Partimos rumbo al café de la Calle 13 donde Matt nos esperaba, nunca había pensado que es un buen amigo, desde que nos conocemos ha sido un fiel y gran amigo. Cuando caí, é me ha levantado, me da ánimos en mis momentos difíciles, gustamos de la misma música, reímos como estúpidos por cualquier cosa. Sin duda, no lo cambiaría por nadie en la faz de la tierra.
-       ¡Habla, Matt! –le dije, mientras lo abrazaba.
-       -¡Hola, tonta! ¿y bien? Me guiñó el ojo.
-       - Ah, disculpa, él es… en ese momento me interrumpió.
-       George, George Morrison –dijo en un tono algo prepotente-
-       - Matt Jackson-dijo- al momento que extendía la mano.
-       ¿Vamos a entrar o qué?- Dijo George rechazando el saludo de Matt.
-       ¿Entramos? –dijo Matt- dirigiéndose a mi.
-       - ¡Vale! Respondí.
-       El lugar estaba repleto de chicos escandalosos, gritando, riendo y algunos discutiendo, los más extremos llorando, así eran los domingos, el único día en que se reunían por la tarde pues el resto de la semana era de escuela.
-       -Miren, ahí está una mesa libre, dijo Matt.
-       -Abran paso, yo voy delante –nuevamente prepotente George-.
Nos sentamos y esperamos a que nos tomaran la orden entonces:
-Así que eres el personaje de un libro ¿no? Mencionó Matt refiriéndose a George.
- Exacto, el mejor de todos los personajes de ese libro de porquería.
-¿Personajes de porquería? –interrumpí-, a mi no me lo parecen, todos son maravillosos.
-Bien, no lo son, pero yo soy el mejor de todos ellos –dijo un tanto molesto.
- ¿Les puedo tomar su órden? Preguntó amablemente la mesera.
- Hola, claro, uhm, quisiera ordenar una soda, papas fritas y una hamburguesa por favor- dijo Matt.
-Yo, solo una rebanada de pizza y un frapé por favor, mencioné.
-Yo, solo quiero tu número preciosa, -dijo George- con enorme coqueteo, cosa que no me agradó en lo absoluto.
-¿Perdón?, contestó la mesera un poco avergonzada.
- Sí, lo que oíste, tu número.
-Lo siento, tengo novio- contestó la mesera para tratar de terminar esa conversación lo antes posible.
- Podemos cambiar eso, solo es cuestión de charlar un par de minutos y ¡listo!
- Disculpen, en un momento les traigo su orden- dijo la chica alejándose rápidamente de nuestra mesa.
- Ella se lo pierde, dijo George, hay muchas chicas por todas partes que se morirían por estar conmigo.
- Sí, claro me dije a mí misma, deseando que no fuera así.
Después de cinco minutos, la mesera llegó con nuestra órden y la entregó sin pronunciar palabra. Por fin hubo un momento de tranquilidad aquel día, comimos tranquilos, bueno, Matt y yo –George seguía impaciente-.
Cuando terminamos, George nos gritó –cosa que nos puso los pelos de punta a todos los que estábamos allí-.
-       ¿Ya terminaron? ¡Maldición! ¡Levo horas esperándolos!
-       Tranquilo, amigo, dijo Matt,  tocándole el hombro – le contestó retirándole la mano con señales de asco.
-       Vámonos, por favor, le supliqué a Matt para evitar una pelea.
-       Está bien, pero eso no quita que quiera golpearlo en cualquier instante, dijo Matt en tono sumamente amenazador.
No quería que lo golpeara, a pesar de que era una patán y egocéntrica cosa de la cual me dí cuenta demasiado tarde.
Vagamos por un buen rato hasta que anocheció, Matt seguía furioso el pobre.
-Matt, creo que sería mejor que regreses a casa, ya es muy tarde y mañana hay escuela.
Examen de matemáticas –dijo- es mañana,
¿Qué? ¿Es mañana?
-       Sí, ¿no te acordabas? ¡oh, no! Dime que estudiaste, por favor dime que sí.
-       ¡No! ¡Maldición!  ¡Estoy muerta! –dije con un tono aterrador- tomé del brazo a George y salí corriendo rumbo a casa.
-       -Suerte – me dijo Matt con un tomo que apenas pude percibir.
Corrimos hasta llegar a casa, no tue tiempo de siquiera respirar, tomé mis libros y a repasar exaltada y nerviosa. Le pedí a George que me despertara a las 7:00 a.m. para llegar a tiempo a la escuela.
-       Claro, claro, ahora déjame dormir, refunfuñó.
Pasaron horas, ni siquiera me detuve a mirar el reloj, no me percaté en que momento me quede dormida, tal vez serían las 3:00 a.m. y lógico, no escuche la alarma.
¡Demonios! ¡El examen! Y me levanté de golpe.
-¡GEORGE! Le grité, pero estaba tan profundamente dormido que ni se movió.
¡Despierta!, la escuela cierra a las 7:30 ¡VAMONOS!
Tenis, playera de Michael Jackson, unos jeans y listo.
-¡GERGE!, le grité una vez más y por fin despertó.
¿Qué quieres?, ¡déjame dormir! –respondió-.
-¡ME VALE! ¡VAMONOS! ¡NO PUEDES QUEDARTE AQUÍ!
Ok, ok, dame solo cinco minutos para arreglarme, ¿no pretenderás que tooodas las chicas me miren en estas fachas, verdad?
-Cinco minutos, ¡no más! –Dije molesta- bajé corriendo las escaleras, tomé un jugo, un par de galletas, me peine y ave los dientes, todo en 3 minutos.
-¡GEORGE!
-Ya voy, ya voy.
Salimos corriendo rumbo a la escuela, 7:23 ¡demonios! Sólo 7 minutos.
-¡Corre, George, corre! Es nuestra última oportunidad, ¡ya casi!
El recorrido de mi casa a la escuela era de 20 minutos, ahora lo tendría que recorrer en solo 5.
¡No fue capaz de despertarme! Por su culpa vamos tarde, mientras me esforzaba por llegar pensaba ¿y si no aplico examen? ¡no! Eso no, sería fallarle a mis padres que habían confiado en mí, dejándome sola por creerme responsable.
¡Por fin! La entrada estaba frente a mí, solo dos pisos y llego. Mis piernas no me respondían pero mi mente estaba solo en el examen, no reprobaría, no les fallaría a mis padres y no estaría muerta. ¡Llegué al último piso! Y justo frente a la puerta del salón ¡PLAFF!, el Sr. Callahan la cerró en mi cara.
-¡NO!, grité, pero era demasiado tarde, toqué la puerta varias veces pero fue inútil. ¡Mis padres! ¿Qué les diré?
-¡ M i r e n,  q u i e n  s e  q u e d ó  f u e r a ¡ dijo George burlonamente.
-¿A caso te importa? ¡Todo ha sido tu culpa! ¡Te quedaste dormido!
- Oye, oye, llegar tarde si fue culpa mía, pero ¡pudiste haber estudiado antes!
En eso tenía razón, debí haber estudiado en lugar de estar imaginando estupideces.No tenía caso seguir fuera del salón de clases así que dí media vuelta y regresé a casa a dormir y pensar una buena explicación para mis defraudados padres.
Al llegar a casa, me dí cuenta que solo llevaba un tenis, debí perderlo mientras corría, pero eso era lo de menos, la puerta de la casa estaba abierta.
-¿Cerraste la puerta George?
-No, esa era tu responsabilidad, no la mía.
-¡Oh, no!
Con miedo entramos por fin a casa, ¡NO! ¡NOS ROBARON! Seguro que es una pesadilla, me decía a mi misma, mientras las fuerzas me faltaban.
¡Tenemos que hacer algo George!
-Mi respuesta es ¡NO!, disculpa, pero estoy muuuy cansado como para ayudarte.
¡GRACIAS, GEORGE!
Tristemente, empezaba a darme cuenta que él no era lo que tontamente había soñado, se estaba volviendo mi peor pesadilla y él ¡O D I O S O!
Le envié un texto a Matt pidiéndole su ayuda






 














Cada segundo, se volvía una eternidad, contaba los minutos para que Matt llegara y me ayudara a resolver esta pesadilla de una vez por todas.
Casi sin aliento llegó Matt y dirigiéndose directamente a mi pregunto ¿éstas bien? ¿te ha ocurrido algo malo? ¿Dónde está el imbécil de George?
-Cálmate Matt, estoy bien, y George no es ningún imbécil.
-¡Otra vez con lo mismo! ¿Por qué lo defiendes tanto?  ¡Es un engreído!
- No, Matt, solo quiere llamar la atención pero no es una mala persona.
- Mira, dejemos ese tema ¿vale?
- Vale, solo ayúdame a salir de esta.
-¿Qué harán? ¿terminaran de vaciar la casa? Por que tanto escándalo, si solo es ¡una pociga!
- Con todo y que su tono me exaspero, tenía razón y además ¡vacia!
- ¿Puedes dejar de decir estupideces? Mejor ven, ayúdanos.
-Ammm, no, háganlo ustedes yo estoy muy cansado, es más creo que iré a tomar una siesta.
¡Eres un…..!
-       ¡Matt! Grité
-       ¿Qué?
-       -Déjalo tranquilo.
-       ¿Qué? Él ha tenido la culpa de lo malo que te ha sucedido desde que salió de ese maldito libro, y me dices que ¿lo deje tranquilo?, con gusto, solo déjame golpearlo y todo estará bien.
-       ¡No!, no dejaré que lo golpees, lo puedes lastimar.
-       ¿Sabes? ¡Estoy harto! ¡Quédate con él! Creo que no me necesitas, ¡ADIOS, MEJOR AMIGA!
Salió de mi casa y por si no fueran pocas mis desgracias, al cerrar la puerta fue tanto el coraje con que lo hizo que la puerta ¡SE CAYO!.
Enseguida escuche bajar por las escaleras a George, que muy cínicamente me dijo:
-Bueno, aquí se acabó la diversión, ¡me voy!
-¿Cómo que te vas?
- Sí, debo admitir que no fue lo que yo esperaba, no cumpliste con mis expectativas, así que me iré.
-¡George tu no puedes! ¡Quédate conmigo, por favor!
- Lo siento, esto se está poniendo aburrido, ¡me voy!
Y salió por…. Bueno por donde se suponía que estaba la puerta, dejándome sola, al igual que Matt.
¡Completamente sola! En menos de una hora, perdí a Matt, reprobé matemáticas, el estúpido de George me había abandonado, ¿qué más podría pasarme?

De pronto todo era confuso, escuchaba voces dentro de mi cabeza y caí al suelo.
-       ¡Despierta!
-       ¿Quién es?
-       ¡Despierta!
-       ¡Aléjate de mí!
-       ¡Caramba, despierta!
-       Comencé a gritar y en ese momento abrí los ojos, ¡era mi Madre!
-       ¿Qué te pasa?
-       -Mamá, ¡fue horrible!
-       ¿De qué me hablas?
-       La casa… el exámen, Matt, por favor perdona no fue mi intención….
-       ¿De qué hablas tonta?
-       Al terminar de contarle todo lo que había sucedió, ella solo atinó a soltar tremenda carcajada, ¡qué tonta me sentía!
-       Creo que todo fue un sueño, cálmate.
-       ¿De verdad?, ¿sólo un sueño?
Corrí a tomar el teléfono y llamé a Matt, ahora sabía que el realmente siempre sería mi único y mejor amigo.
¡PERSONAJES FICTICIOS, BAH!
Pamela Gómez
Agradecimientos:
Prof. Néstor Castañeda, gracias por guiar paso a paso el proceso de ésta antología.

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